Por Àngel de la Fuente No es cierto que se vayan a suprimir las balanzas fiscales; lo que se hace es ampliarlas. Pero algunos nacionalistas catalanes tienen el problema de que los datos desmontan sus artículos de fe evangelizadora Confieso que últimamente voy de la extrañeza a la perplejidad y de esta a la incredulidad, pasando en ocasiones por la indignación. Viene esta quejosa reflexión a cuenta de la reacción de la prensa y de algunos de mis colegas de profesión a la presentación de una propuesta metodológica para la elaboración de lo que suele conocerse como balanzas fiscales, que he preparado para el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, junto con los profesores Ramón Barberán y Ezequiel Uriel. Tal propuesta ha generado ríos de tinta de más bien dudosa calidad informativa y una multitud de ataques desde todos los flancos que, a menudo, han sido tan furibundos como desinformados. Déjenme empezar resumiendo lo que llevo algo más de una semana repitiendo a quien me quiera oír, al parecer sin mucho éxito. Primero, las balanzas fiscales no se suprimen, se amplían. Si el ministerio acepta nuestra propuesta, se pondrá encima de la mesa de una forma organizada toda la información desagregada por programas de ingreso y gasto que hay detrás de una balanza fiscal, lo que permitirá a la opinión pública hacerse una idea clara de dónde provienen esas misteriosas cifras que algunos de nuestros amados líderes utilizan para azuzarnos los unos contra los otros. Esto es importante porque los saldos fiscales regionales son el resultado neto de muchas cosas, algunas de las cuales son preocupantes y otras no. Conviene, por tanto, afinar el diagnóstico antes de sacar el bazooka. Segundo, lo que ciertamente no haremos son estimaciones por el método de flujo monetario. A nuestro entender, tal método es una chapuza que solo sirve para hinchar artificialmente el déficit fiscal de ciertas comunidades ricas a base de no tener en cuenta lo que vuelve a las mismas en servicios (como la defensa) y no necesariamente en efectivo. Si la Generalitat quiere hacerlo, adelante, el Gobierno ya ha hecho públicos todos los datos de base necesarios para ello. Pero que se retraten ellos, porque a nosotros nos da cosa hacer según qué con los datos, y además nos negamos a ponerle un sello de respetabilidad académica a una práctica más que discutible. El método llamado de flujo monetario solo sirve para