Impulso Ciudadano manifiesta su más enérgica condena ante la campaña de acoso institucional, político y mediático sufrida por la compañía Teatro Sin Papeles a raíz de la interpretación del número “Parla català”, parte de su obra Esas latinas, en el marco de un acto promovido por el Ayuntamiento de Barcelona.
La escena —con tono crítico y humorístico— denunciaba las barreras idiomáticas que enfrentan muchas personas de origen hispanoamericano en su día a día en Cataluña.
Una crítica legítima, no un ataque al catalán
El colectivo artístico, integrado por personas migrantes, utilizó el teatro como vehículo para expresar una vivencia real: la exclusión, incomodidad e impotencia que sienten numerosos ciudadanos que, pese a dominar el castellano —lengua oficial del Estado y también en Cataluña—, no pueden acceder en condiciones de igualdad a servicios públicos, oportunidades laborales o una acogida institucional adecuada. La exigencia excluyente del catalán incluso en situaciones donde el castellano es plenamente comprensible constituye una forma de discriminación. Esta denuncia no es una exageración ni una invención: es una realidad social constatada.
Hipocresía institucional y doble vara de medir
Resulta alarmante que el Ayuntamiento de Barcelona, entidades como Òmnium Cultural, Plataforma per la Llengua y partidos como ERC, Junts o la CUP hayan reaccionado con virulencia contra una pieza teatral que saca a la luz una verdad incómoda. Quienes se proclaman defensores de la diversidad cultural y lingüística muestran una profunda intolerancia cuando se cuestionan los efectos reales de su modelo excluyente. Acusar de “catalanofobia” a quienes denuncian situaciones de desigualdad es una forma de censura. Esta reacción solo contribuye a reforzar el miedo a expresarse libremente en Cataluña.
¿Dónde están los derechos lingüísticos de los castellanohablantes?
Las administraciones catalanas ignoran sistemáticamente los derechos lingüísticos de quienes tienen el castellano como lengua habitual. Se actúa como si no existieran, como si no tuvieran derecho a expresarse, ser atendidos o trabajar en su propia lengua, reconocida como oficial. Esta marginación se acentúa en el caso de personas migrantes que, lejos de ser acogidas, son cuestionadas o excluidas si no dominan el catalán desde su llegada. ¿Quién defiende sus derechos fundamentales?
No al linchamiento, sí al debate plural
Impulso Ciudadano rechaza rotundamente el linchamiento político y mediático contra los integrantes de esta compañía teatral. Defendemos su derecho a expresar libremente una crítica legítima, basada en su experiencia vital. Cataluña necesita más diálogo y menos inquisición ideológica. Señalar desigualdades no es atacar una lengua, sino apostar por una sociedad verdaderamente inclusiva y respetuosa con la pluralidad.
Exigimos una rectificación institucional
Exigimos al Ayuntamiento de Barcelona, y en particular a su alcalde, Jaume Collboni, que no se pliegue a la presión de quienes imponen una visión única y excluyente de la convivencia lingüística. El consistorio debe proteger la libertad de expresión, no alimentar campañas de señalamiento ideológico. Especialmente preocupantes nos parecen las declaraciones del consejero de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, al afirmar que este tipo de críticas pone en peligro la convivencia. Nada más lejos de la realidad: silenciar voces críticas y negar el problema es lo que verdaderamente erosiona la cohesión social.
Las instituciones tienen la responsabilidad de garantizar que todos los ciudadanos, incluidos los migrantes hispanohablantes, puedan ejercer sus derechos con dignidad, sin discriminación, y puedan expresarse libremente ante situaciones que consideran injustas.
Barcelona, 11 de julio de 2025