Inmersión y banalidad del mal

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Gonzalo, el hijo de Cristina Pérez, padece disfasia (un trastorno del lenguaje que dificulta el habla y la comprensión del discurso hablado). A los niños con disfasia se les aconseja que estudien en su idioma. Gonzalo es castellanohablante y su madre ha intentado que su hijo estudiara en castellano. No lo ha conseguido. Con un marido catalán y diez años de residencia en Cataluña, deja su casa y la familia se “exilia” a Madrid por motivos de lengua. Allí su hijo podrá estudiar en su lengua materna. Cristina cuenta su caso en el diario La Razón del día 2 de septiembre.

Recientemente, se ha estrenado la película Hannah Arendt. En ella se relatan las consecuencias que tuvo en la vida de la filosofa judía el seguimiento del juicio en Israel del criminal de guerraAdolf Eichmann. Aquel episodio dio lugar a un informe en el que ella definió lo que entendía por “la banalidad del mal”, esto es, la actuación de los burócratas que se limitan a obedecer órdenes sin cuestionarlas y sin manifestar un especial odio a aquellas personas a las que lesionan. Estos sujetos son imprescindibles para la ejecución de las operaciones de ingeniería social.

Es frecuente que en ámbitos nacionalistas se invite a los castellanohablantes a irse de Cataluña. Es más, los integristas lingüísticos seguro que celebrarán este nuevo triunfo de la inmersión lingüística. Otros, en cambio, pedagogos, logopedas, profesores, directores de centro, responsables de AMPAS, gente corriente, se limitan a ejecutar la orden que el poder ha dictado:“Per una escola de tots, l’escola en català”. Lo hacen, como Eichmann, sin dudas, sin conciencia de haber obrado mal, sin importarles las consecuencias de su actuación. No se confundan, no les estoy llamando nazis, les estoy calificando como insensibles y colaboradores necesarios.

Impulso Ciudadano lamenta que nuestra asociada se haya visto obligada a exiliarse y dejar su hogar por la intransigencia de la Administración catalana y la complicidad de muchas personas que cumplen órdenes sin preguntarse jamás por el mal que infligen.

José Domingo / Presidente de Impulso Ciudadano

Publicado en Dialogo Libre, 05 de septiembre de 2013