‘Si la alcaldesa y su extraño y desorientado partido tienen dudas acerca de la naturaleza y consecuencias últimas de sus acciones, les recomiendo un método, en mi opinión, infalible: observar la reacción de sus, supongo, oponentes políticos nacionalistas’.
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Con la presentación de la campaña del PSC de Hospitalet en contra de la independencia, o a favor del no en un hipotético referendo, según como se quiera mirar, Núria Marín, alcaldesa de la segunda ciudad de Cataluña, parece haber querido dar un paso al frente para liderar la ceremonia de la confusión en la que se encuentra, semi inconsciente, el socialismo catalán. Tras apoyar en el Consistorio que preside una moción de CiU a favor del derecho a decidir, tras acudir, solícita, a la cumbre de partidos y entidades favorables al referendo soberanista convocada por el presidente autonómico, Artur Mas, nos confiesa en la octavilla de la campaña que hizo todo esto sin convicción y a regañadientes. La lectura del texto es, ciertamente, recomendable.
Insiste, Marín, en que su aportación principal a este encuentro fue dejar claro que la reunión no tenía mucha razón de ser, porque lo importante, ahora, es hablar de la crisis, de la economía, de los problemas reales de la gente. Por una vez, hemos de decir que estamos de acuerdo con la alcaldesa pero, entonces, ¿por qué fue? Se diría que la alcaldesa no sabía bien dónde iba, a qué iba, ni de qué se iba a hablar. Parece ser que el tono y contenido de la cita le pillaron por sorpresa. La alcaldesa afirma, a continuación, que está a favor de que la gente pueda opinar acerca de su futuro. A su juicio, ¿no existen ya esas vías? Se diría que los cauces democráticos actuales le parecen insuficientes y que son necesarios ciertos apaños para-legales del tipo referendo pactado entre el Gobierno de la nación y el Gobierno autonómico para que la democracia española alcance la plenitud que, a opinión de la edil hospitalense, impide el actual marco legal.
Uno tiene la impresión de que el PSC, con Marín a la cabeza, intenta encontrar una salida al laberinto de contradicciones que ellos mismos han construido, trasladando a la sociedad la confusión que habita en sus mentes de responsables públicos accidentales. Quieren nadar y guardar la ropa estando y no estando, apoyando y desentendiéndose, diciendo que quieren decir algo, pero que en realidad es lo contrario de lo que pudiese parecer. Si la alcaldesa y su extraño y desorientado partido tienen dudas acerca de la naturaleza y consecuencias últimas de sus acciones, les recomiendo un método, en mi opinión, infalible: observar la reacción de sus, supongo, oponentes políticos nacionalistas.
En el caso que nos ocupa, el inefable factótum de la héjira independentista, Francesc Homs, ha declarado que celebra que “haya iniciativas como la del PSC de Hospitalet” porque “pone de manifiesto la necesidad de una consulta, de poder organizarla y ofrecer garantías.” Es decir, que la maniobra del PSC para desmarcarse públicamente del independentismo, no ha hecho más que reforzar y dar argumentos al proceso pro-independentista, lo que nos lleva a un debate estéril y más viejo ya que el polvo, como lo es el de la inutilidad de intentar contentar a la fiera nacionalista e intentar avenirse con ella para aplacar su apetito insaciable.
La mejor solución para un problema es siempre la más simple y no hay nada más complejo que intentar resolver un embrollo que uno mismo ha creado. Si el PSC está realmente en contra de la independencia, que no aliente falsos debates que dan alas a los que la pretenden. Si al PSC lo que verdaderamente le importa son los problemas reales de la gente, que trabaje para resolverlos y dejen de marear con medias tintas, ambigüedades y acertijos. Si realmente no son nacionalistas, que no escondan su indefinición tras los cantos de sirena del catalanismo.
Mientras tanto, una incógnita permanece latente, a la espera de una respuesta clara y rotunda por parte de la alcaldesa de Hospitalet: ¿de verdad considera que participando en esta pantomima del debate en torno al derecho a decidir está cumpliendo el mandato de los 32.919 hospitalenses que depositaron en ella su confianza en las últimas elecciones?
Carlos Silva Campañón Vicepresidente de Impulso Ciudadano
Artículo públicado en el Diario “La Voz de Barcelona” el día 30 de mayo de 2013