Sant Andreu de la Barca es una localidad catalana integrada en el llamado cinturón industrial de Barcelona. Es uno de los pueblos cercanos a la ciudad condal donde se fueron asentando desde mediados del siglo pasado, miles de personas provenientes de otros lugares de España. Su fin era trabajar para las factorías y empresas que recién iniciaban su actividad y radicarse definitivamente aquí en Cataluña.
Andaluces, extremeños, murcianos, algún gallego, uno que otro aragonés fueron poblando poco a poco esos espacios y con el tiempo fueron constituyendo nuevos núcleos urbanos. Algunos casi tan poblados como la propia capital barcelonesa.
Hospitalet de Llobregat, Badalona, Sabadell, Cornellá de Llobregat han acabado siendo algunos de los más populosos y pueblos como Sant Boi, Sant Adriá del Besós, Rubí o Sant Andreu de la Barca hoy en día son localidades con personalidad propia pero donde se ha conservado el apego a las regiones de donde provienen muchos de sus hoy mayores y jubilados.
Actualmente en Sant Andreu de la Barca está ubicada la mayor casa cuartel que la Guardia Civil posee en Cataluña.
En esa sede viven junto a sus familias unos 200 efectivos del cuerpo armado, entre ellos no pocos niños y adolescentes, hijos de estos efectivos, que acuden a las escuelas locales y a los institutos de bachillerato del pueblo donde incluso han nacido algunos. El principal destino escolar, por cercanía con sus hogares, es el IES El Palau.
El nombre de este instituto saltó a la palestra en octubre del año 2017. Más concretamente en los días posteriores a la consulta ilegal convocada para esas fechas por el separatismo catalán. Y es que ese evento convocado por los contrarios en Cataluña a la Constitución Española, obligó la intervención de la Guardia Civil y la Policía Nacional para impedir el uso de locales oficiales, principalmente instalaciones educativas, para realizar un acto que había dido declarado ilegal.
Por aquellos días, dieciocho familias de guardias civiles cuyos hijos estudiaban en el IES El Palau, denunciaran acoso y maltrato por parte de algunos de sus profesores dada la filiación, conocida por los profesores, de estos estudiantes con los efectivos asentados en la casa cuartel.
Según testimonio de algunos de esos estudiantes, entre las frases que tuvieron que escuchar acerca de la actuación de la Guardia Civil, estuvieron los calificativos de “perros rabiosos” o “bestias que sólo saben dar palos” usados por sus profesores para referirse a los antidisturbios que intervnieron, padres en ciertos casos de algunos de esos alumnos.
Una denuncia introducida en abril de 2018 por la Fiscalía de Delitos de Odio, debido a estas refeeridas actuaciones de acoso fue finalmente archivada en julio de 2019, después de que ocho de los nueve profesores denunciados hubiesen pedido el traslado a otros destinos para el curso escolar 2018-2019, junto a otra veintena de docentes que se acogieron también al cambio de centro. También luego de que más de 200 estudiantes de ese instituto, llevaran a cabo, en apoyo a sus compañeros, una manifestación en las adyacencias del centro educativo.
Sant Andreu de la Barca se ha constituido desde entonces en un estandarte del constitucionalismo catalán. A la vez que en un enclave donde el separatismo catalán es rechazado públicamente por sus ciudadanos. No es una plaza fácil para donde promover las tesis sediciosas. Allí se celebro también el 17/06/18 una concentración popular en apoyo tanto a los guardias civiles como a sus familias, sumándose además a todo lo anterior los resultados de las últimas elecciones autonómicas donde el 38% de los votos fueron para Ciudadanos y el 22% para el PSC. No cabe por tanto la menor duda de que los habitantes de Sant Andreu de la Barca son mayoritariamente contrarios al separatismo.
Se ha dado el caso de que con motivo de la actual epidemia causada por el COVID 19, en esta población barcelonesa se ha dejado operativo desde el pasado 30/03/20 un hospital de campaña levantado conjuntamente por la Guardia Civil y la ONG “Médicos Sin Fronteras”. La finalidad del mismo es dar apoyo al vecino hospital comarcal de Martorell, que atiende a un censo de más de 160.000 personas, y paliar en alguna medida la grave emergencia que ha multiplicado la necesidad de camas hospitalarias para atender a los miles de contagiados por el virus en Cataluña.
Esta infraestructura, impulsada por el Ayuntamiento y levantada dentro del pabellón deportivo de la localidad, fue acabada en apenas 15 días, tiene capacidad para 140 camas y fue una de las primeras que se montó en Cataluña. Una encomiable muestra de lo que se puede hacer cuando hay capacidad técnica, solidaridad y sobre todo consideración hacia tus conciudadanos.
Pues resulta que la Generalitat de Cataluña, por boca de la Consejera de Sanidad, Alba Vergés, ha rechazado utilizar este hospital de campaña porque, según indicó el pasado martes 07/04/20 durante una rueda de prensa, la instalación “no cumple con las necesidades que tiene hoy el sistema de salud del municipio”.
Es decir, un equipamiento hospitalario que cuenta con el aval de la OMS, levantado en tiempo récord, disponible desde el pasado 30/03/20 y que podría servir para aliviar la trágica y penosa situación en la que se encuentran los afectados por el coronavirus y sus familiares, sigue sin ser utilizada por la negativa del gobierno autonómico dirigido por los separatistas, con Joaquim Torra a la cabeza, a autorizar su uso.
A este respecto declaraba Enric Llorca, alcalde de Sant Andreu de la Barca y médico de atención primaria en activo, el pasado 09/04/20, lo siguiente: “No sé si es eso lo que les ha molestado, pero cada día visitamos entre 40 y 60 personas en sus casas que se están muriendo solas mientras ese hospital está vacío”.
Visto el comportamiento de las autoridades autonómicas. Dada la negativa a permitir que los ciudadanos de esa zona de Cataluña puedan sobrellevar de mejor manera su convalecencia, no pueden sino surgir algunas interrogantes: ¿Estarán pagando los ciudadanos de Sant Andreu de la Barca su apego a la legalidad y su no apoyo a la causa sediciosa del separatismo catalán? ¿Hasta tal punto de sordidez y resentimiento pueden llegar quienes hoy dirigen el gobierno autonómico de Cataluña?
Que cada quien saque sus propias conclusiones.
Artículo de opinión autoría de Eduardo Martínez Narváez, integrante de la Junta Directiva de Impulso Ciudadano.