El pasado 24 de octubre, en el Centro Cívico Teresa Pàmies de Barcelona se celebró el acto, organizado por Impulso Ciudadano y S’ha Acabat! “Contra la violencia: convivencia y Constitución” en el que se analizó la actual situación en Cataluña, sus orígenes y la forma de superarla.
El acto se inició con la proyección del vídeo elaborado por Impulso Ciudadano, la AEB y S’ha Acabat! para animar a la participación en la manifestación del día 27 de octubre en el Paseo de Gracia de Barcelona. A continuación se desarrollaron dos mesas redondas con cuatro participantes cada una.
La primera de ellas estuvo moderada por Rafael Arenas, Vicepresidente de Impulso Ciudadano, quien en su introducción destacó la importancia de denunciar los actos de “micro-violencia” que abonaron el camino para llegar a la situación que se padece en Cataluña desde hace una semana. La tolerancia hacia limitaciones de derechos o de la libertad de expresión es el antecedente necesario para la admisión de boicots, golpes y formas más duras de violencia.
A continuación, Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, destacó que debían considerarse como violencia todas aquellas imposiciones por la fuerza que supusieran la vulneración de un derecho. De esta manera, barricadas o cortes de carreteras que limitan los derechos de los ciudadanos han de ser considerados como
hechos violentos, a la vez que descartaba que pudieran ser consideradas como violencia actuaciones en las que se hubiera ejercido la fuerza pero sin vulnerar ningún derecho o con el fin de evitar tal vulneración (impedir la comisión de un delito, por ejemplo).
Manifestó su preocupación por la situación en Cataluña y aseguró que la solidaridad en el resto de España hacia los catalanes crecía y que podíamos estar seguros de que “no estábamos solos”.
Tras Esteban Ibarra tomó la palabra David Hernández, presidente de Politeia, asociación de policías en Cataluña. Comenzó señalando que las fuerzas y cuerpos de seguridad tienen como función garantizar los derechos y libertades de los ciudadanos y que es desde esta clave desde la que hay que interpretar su actuación. Aclaró que, aparte de las
acciones más violentas vividas en los últimos días, era necesario tener claro que todo intento de impedir por la fuerza que alguien ejercite su derecho tiene la calificación penal de coacciones y que no se entendía por qué no se sancionaba administrativamente a quienes cortaban carreteras o vías férreas. Explicó igualmente que las acciones que estábamos viviendo estos días estaban perfectamente planificadas y respondían a la intención de crear una situación de caos que superara al Estado.
La primera mesa fue cerrada por Ángel Puertas, miembro de la Junta Directiva de Impulso Ciudadano y coordinador del Observatorio para la Violencia Política en Cataluña. Realizó un completo y sistemático repaso de la violencia existente en Cataluña, destacando aquella que es más difícil de cuantificar, es la que se produce en la Cataluña interior donde se ha impuesto un silencio sobre los constitucionalistas que no permite que lleguen siquiera a expresarse de manera abierta. Señaló que en la presentación del primer informe sobre violencia política en Cataluña del Observatorio que coordina, en el mes de agosto, ya se indicaba que existían las circunstancias para un aumento de la violencia que, por desgracia, se ha convertido en real. El silencio ante las situaciones de violencia vividas previamente es una de las causas de haber llegado al punto en el que nos encontramos; un silencio que es coherente con la falta de cultura democrática de una parte de la sociedad catalana que pretende invisibilizar a quienes
disienten de sus planteamientos.
La segunda mesa estuvo moderada por José Domingo, presidente de Impulso Ciudadano, quien destacó que los constitucionalistas, a diferencia de los nacionalistas, no repetimos constantemente que “somos gente de paz” porque no es necesario, ya que nuestro actividad y actitudes sí son pacíficas y respetuosas con la democracia y los
derechos de todos.
Tras José Domingo, Ana Losada, presidenta de la AEB, explicó cómo algunas de las actitudes de violencia y odio en los más jóvenes que habíamos visto en los últimos días se conectan con la hispanofobia que, por desgracia, se difunde en algunos centros escolares de Cataluña. La sistemática denigración de España y de lo español y la
insistencia en que se vive una situación de agravio y opresión en Cataluña de la que se culpa a España, como si fuera una entidad diferente a la propia Cataluña, sienta las bases para las reacciones violentas que estamos padeciendo.
Después de Ana Losada intervino Carlos Rivadulla, presidente de Empresarios de Cataluña, quien analizó las consecuencias económicas de la violencia, cómo desde el año 2012, con la aparición del “procés”, se había iniciado la marcha de empresas de Cataluña, incrementada en el otoño de 2017. Indicó que existían costes que podían calcularse, pero que nunca llegaríamos a saber las oportunidades que habíamos perdido como consecuencia del daño a la confianza derivado del proceso secesionista.
Cerró el acto la intervención de Julia Moreno, presidenta de S’ha Acabat!, quien frente al pesimismo de las intervenciones anteriores arrancó los aplausos del público al lanzar un mensaje optimista. Explicó que los jóvenes constitucionalistas habían decidido plantar cara a los violentos y que esa misma mañana habían logrado que en la
Universidad de Barcelona se superaran las barricadas que algunos encapuchados habían colocado para impedir el acceso de los alumnos. Prometió que ellos no desfallecerían y que estos jóvenes que se habían decidido a dar el paso de exigir el respeto a sus derechos eran el futuro de Cataluña.
El acto contó con la presencia de unas cien personas entre los que se encontraban representantes políticos del PP (Óscar Ramírez y Juan Milián) y de Cs (Sergio Sanz), Inma Alcolea, la Mosso d’Esquadra constitucionalista expedientada por la Generalitat y representantes de asociaciones y movimientos comprometidos en la defensa de la
convivencia y la ley en Cataluña.