CATALUÑA TAL CUAL DENUNCIA LAS FALSEDADES DE LOS DEFENSORES DE LA INMERSIÓN LINGÜÍSTICA OBLIGATORIA EN CATALÁN Y PIDE QUE LA REFORMA EDUCATIVA CONTRIBUYA A FORMAR BUENOS CIUDADANOS SIN DISCRIMINACIÓN POR RAZÓN DE LENGUA.
El Proyecto de Ley la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) que actualmente se tramita en el Congreso de los Diputados y la reacción desmesurada e hipócrita de Gobierno catalán y de los representantes de los partidos políticos nacionalistas y separatistas de Cataluña, hacen necesario por parte de las Entidades que integramos CATALUÑA, TAL CUAL aclarar una serie de puntos:
PRIMERO. Desde la implantación del modelo de inmersión lingüística obligatoria en Cataluña el debate sobre las lenguas de escolarización está abierto y permanecerá así hasta que no se regule y aplique un régimen respetuoso con los derechos lingüísticos de los alumnos catalanes. El vigente, es discriminatorio y, vistos los resultados lectivos del mismo, debe ser considerado un modelo fracasado.
Dicho lo anterior, consideramos imprescindible la aprobación de un régimen lingüístico generalizado con unos principios básicos comunes para toda España. Por ello, saludamos que las Cortes Generales, haciendo uso de su competencia, debatan y estén en vías de aprobar el primer intento de regulación de la enseñanza en las lenguas oficiales en una Ley de Educación estatal. Ello no obsta para que reclamemos que, en el curso de la tramitación, se clarifiquen algunos aspectos confusos, se reconozca un modelo respetuoso e igualitario con la cooficialidad lingüística y se incorpore y facilite el cumplimiento de la doctrina del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo sobre esta materia.
SEGUNDO.- CATALUÑA TAL CUAL lamenta que por parte de los asistentes a la “Cumbre de rechazo de la LOMCE” se promuevan posturas que excluyen, sin ningún tipo de rubor, a la comunidad lingüística castellanohablante de Cataluña, y que contribuyen significativamente a empeorar el rendimiento escolar de sus integrantes.
Consideramos censurable que, en una sociedad en la que un alto porcentaje de la población tiene el castellano como lengua materna y en la que, por las razones que sean, es el idioma de circulación de gran parte de las ideas y de la información, se admita por sus dirigentes públicos que esta lengua tenga en el sistema educativo un tratamiento de lengua marginal.
Asimismo, reclamamos de las formaciones políticas y de las Administraciones educativas catalanas actitudes sensatas y conciliadoras para la escuela y que no conviertan a los alumnos en rehenes de posiciones sectarias y excluyentes, incompatibles con una educación en valores de ciudadanía.
TERCERO.- Los defensores del modelo de inmersión lingüística obligatoria parten de consideraciones falsas para justificar el mantenimiento del sistema actual:
– A) La escasez de familias interesadas en que el idioma castellano tenga una presencia adecuada y proporcional en la enseñanza de sus hijos. Conocido es que el actual modelo impide de forma eficaz manifestar la voluntad de escolarizar en este idioma. Por ello, es sintomático que se ridiculice la posición de los que solicitan enseñanza en castellano o enseñanza bilingüe por el bajo número de peticionarios y se ignore que, según esas mismas estadísticas, no consta que ninguna familia haya solicitado la enseñanza en catalán. Pero es más, de seguir esta tesis, no se alcanza a comprender cuál es el problema. Dejar vía libre a la elección a ese sector supuestamente minúsculo desactivaría la reivindicación y la inmensa mayoría de la población seguiría bajo el sistema diseñado por la administración autonómica, tal como desean los partidos que defienden el modelo actual.
– B) El de que el conocimiento del castellano de los niños de Cataluña es incluso superior al de los niños del resto de España. No parece muy lógico que los niños que realizan su vida escolar completamente en una lengua la conozcan a un nivel inferior a los que la tienen como una simple asignatura que además se empieza a enseñar cuando el niño ha sido escolarizado desde edades tempranas exclusivamente en catalán.
– C) Rechazamos por perverso el recurso al peligro que para la cohesión social supone la enseñanza bilingüe. El discurso defensor del sistema actual se ha jactado desde siempre de la ejemplar convivencia que hay en Cataluña y la considera amenazada por los partidarios del bilingüismo. Enseñar en las dos lenguas de la comunidad sólo puede contribuir a reforzar la unión ciudadana. La verdadera amenaza a la convivencia la constituyen aquellos que apuestan por el monolingüismo escolar obligatorio o emprenden, alocadamente, la senda separatista que, esa sí, fracturara irremediablemente la sociedad catalana durante los próximos siglos. En un territorio en el que coexisten dos lenguas, el recurso semántico a la cohesión social no puede servir de aldabonazo para extinguir los derechos de los hablantes de una de ellas.
– D) No es necesario continuar con políticas de normalización lingüística. Después de treinta años, o bien el catalán ya está normalizado y debe cesar la “normalización”, o bien estas políticas han sido inútiles y deben cesar también. La actual situación de normalidad del catalán, la evidencian las estadísticas oficiales que acreditan que lo entiende el 93% y lo usa con habitualidad el 47% de la población. Es más, según los datos de la propia Consejería de Enseñanza, el porcentaje de alumnos que al comenzar su enseñanza no conocen el castellano (15%) es el doble de los que no conocen el catalán (7%). Da la impresión de que el empecinamiento en mantener indefinidamente estas políticas normalizadoras de lo que ya está normalizado parece un intento de justificar una serie de gastos que benefician a unos pocos a costa del sacrificio de todos.
En conclusión,
CATALUÑA, TAL CUAL, rechaza, por excluyente, una política lingüística revanchista que tiene como objetivo evidente acabar con el bilingüismo en Cataluña. Por ello, reclamamos de las autoridades catalanas que abandonen el discurso tramposo y falso y contribuyan positivamente a la paz social en la escuela, reconozcan la riqueza bilingüe de Cataluña, garanticen la enseñanza de las lenguas oficiales como lenguas vehiculares, y se aparten del fomento del modelo adoctrinador en el que han instalado el sistema educativo catalán.
La reforma de la Ley educativa es una buena ocasión para reflexionar y adoptar medidas en toda España que contribuyan a garantizar en un régimen de libertad e igualdad un modelo educativo respetuoso con los derechos lingüísticos derivados de la cooficialidad lingüística de todos los alumnos, también de los catalanes, y que sirva para formar buenos ciudadanos y no acólitos de la causa nacionalista.
En Barcelona, a 28 de mayo de 2013.