Para quienes desconozcan lo ocurrido -que debe ser la inmensa mayoría puesto que los sucesos en detalle no aparecieron en horario estelar, ni en las primeras planas de los medios de comunicación, ni mucho menos en aquellos que forman parte de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales como TV3 o Catalunya Radio – aquí va nuestro relato de los lamentables hechos acaecidos en la UAB recientemente. Seguramente, si los agredidos fueran militantes anti-sistema, o separatistas, el vacío informativo no existiría.
El lunes 12/12/16, estudiantes pertenecientes a la agrupación de Jóvenes de la Universidad Autónoma de Barcelona de Societat Civil Catalana (SCC-UAB) instalaron en el campus de Bellaterra (Barcelona) una carpa informativa para promover la proyección del documental “Disidentes” prevista para el día siguiente.
Cuando colocaban la carpa, activistas de la “Plataforma Antifeixsta de la UAB”, integrada mayoritariamente por miembros del Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC), organización de extrema izquierda, separatista y que propugna un sistema educativo “público, popular, en catalán, anti-patriarcal y de calidad”, comenzaron a agruparse alrededor de la misma vociferando consignas (“la UAB será la tumba de SCC”), insultando a sus compañeros estudiantes (“fuera fascistas” y “nazis no”), y arrancando y destruyendo el material promocional de la carpa. La situación de evidente peligro para los jóvenes de SCC hizo necesaria la intervención de servicio de seguridad de la UAB y, finalmente, de varias dotaciones de agentes antidisturbios de los Mossos d’Esquadra para proteger a quienes allí se encontraban. Finalmente la agresión verbal no pasó a mayores y la carpa fue correctamente desmontada siempre bajo la vigilancia de la policía.
La misma tarde del lunes 12/12/16, integrantes del SEPC tomaron la sala de actos de la UAB donde estaba prevista la proyección al día siguiente del documental, se instalaron con sacos de dormir, alimentos, pancartas en contra de SCC, etc. y permanecieron allí impunemente sin que ninguna autoridad universitaria ordenara su desalojo. Ante esta situación y dado que esta ocupación impedía la realización del acto programado, los estudiantes de SCC solicitaron el martes 13/12/16, a primera hora de la mañana, a la rectora de la UAB, su intervención para resolver el problema dado que no estaban dispuestos, en ejercicio de su legítimo derecho a la libre reunión y expresión, a suspender la actividad prevista. La solución ofrecida por las autoridades de la UAB fue la proyección del documental en una sala del edificio llamado “Aulari”.
Dadas las agresiones y coacciones previamente sufridas por los jóvenes de SCC a manos del SEPC (hasta en cinco ocasiones), se optó por divulgar la nueva localización de una manera discreta entre las personas que se sabía que iban a asistir para evitar que la “Plataforma Antifeixista de la UAB” intentara impedir la proyección. Mientras tanto, este colectivo organizaba patrullas (ellos lo llamaron “cercavila”) para cazar a los asistentes al acto de SCC. A pesar de las cautelas y las acciones de despiste, como por ejemplo el cierre de las persianas de todos los salones del “Aulari”, la nueva ubicación fue detectada por los estudiantes separatistas que intentaron reventar la proyección del documental con gritos y empujones.
No lo consiguieron, y a pesar de las condiciones de clandestinidad, el acto se realizó en un aula llena, eso sí con la protección del servicio de seguridad del campus, que tuvo que disponer una barrera humana para impedir el paso de los estudiantes violentos que se cubrían la cara con capuchas, blandían palos disimulados en banderas de odio, al tiempo que gritaban consignas y lanzaban insultos. También advertían que “La UAB será sempre nostra”.
Esta vez no triunfaron, los estudiantes de SCC-UAB pueden sentirse orgullosos de haber vencido el miedo y logrado que el acto se desarrollase con una gran carga de emotividad y arropados por un centenar de personas, entre los que se encontraban diputados, concejales y personas anónimas que querían dejar claro que la universidad es de todos y que, desde luego, van a trabajar para que no caiga en manos de intolerantes.
Los incidentes, lamentablemente, no acabaron allí. Entre los asistentes a la proyección había un grupo de la asociación “Barcelona con la selección” cuyos integrantes se tuvieron que ausentar antes de finalizar el acto por un compromiso deportivo. En el trayecto hacia la estación de tren de la UAB se cruzaron con los violentos de “la Plataforma Antifeixista” que comenzaron a perseguirles vociferando consignas y amenazando con pegarles. Los jóvenes deportistas, en su desesperada huida, tuvieron que lanzarse a las vías del tren para poder subirse a un convoy que entraba en ese momento a la estación, con el lógico y grave riesgo que ello conllevó para su seguridad. En la cacería del disidente orquestado por el colectivo de matones separatistas, también resultó afectado un joven que circulaba por la Plaza Cívica de la UAB. Este transeúnte tuvo que permanecer refugiado durante más de una hora en el interior de uno de los comercios ubicados en la plaza para librarse del piquete del SEPC hasta que fue rescatado por un equipo de antidisturbios de los Mossos d’Esquadra.
¿Es normal que sucesos penosos y lamentables como estos ocurran en una universidad de un país que se dice democrático? ¿Por qué las autoridades universitarias de la UAB no se comprometen más intensamente en su deber de salvaguardar la libertad de expresión y los derechos civiles de sus estudiantes? ¿Quién está detrás de la evidente impunidad con la que actúan estos grupos intolerantes y violentos, que además se autodenominan como “antifascistas”, dentro de la UAB? ¿Qué tienen que decir entidades como la ANC, AMI, Omnium Cultural o Plataforma per la Llengua? ¿O partidos como ERC, CUP, PEDECAT, En Comú Podem? ¿Por qué la Generalitat no condena estos incidentes? ¿Quieren dejar en el más completo de los desamparos a estudiantes por el hecho de haberse significado en la defensa de la convivencia de los catalanes con el resto de los españoles?
Los grupos de matones separatistas campan por las calles calificando de “fascistas” a los que están en contra de su proyecto independentista y se sienten legitimados para limitarles su libertad de expresión y corregirles con palizas. La sociedad catalana está bajo una grave amenaza. Los promotores del “procès” ya tienen su brazo ejecutor, jóvenes cachorros encargados de limpiar Cataluña de españoles. La revolución de las sonrisas tiene ya un rictus amenazante que limita los derechos civiles.
Nadie, ninguna persona que se diga amante y defensora de la libertad debe mirar hacia otra parte ni callar ante esta barbaridad liberticida y que ha tenido su última expresión en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) los pasados días doce y trece de diciembre. Estamos a tiempo de parar el más que previsible desastre que ocurriría en Cataluña si se permite que la facción más violenta y agresiva del separatismo catalán campe a sus anchas, primero dentro de un recinto universitario, y luego a lo largo y ancho del territorio catalán. ¿O es que nos creemos que por mantenernos callados y en omisión, los violentos luego no vendrán también a por nosotros?